Introducción
Pierre Edouard Léopold Verger (1902-1996) fue un fotógrafo, etnólogo, antropólogo e investigador francés que vivió gran parte de su vida en la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía, en Brasil. Verger elaboró una obra fotográfica de gran importancia, basada en la vida cotidiana y en la cultura popular en los cinco continentes. A su vez, Verger escribió varios textos de referencia sobre la cultura afro-bahiana y la Diáspora, centrando su trabajo de investigador en el estudio de los aspectos religiosos del candomblé, asunto que se convierte en su principal foco de interés.
Pierre Verger nació en París el día cuatro de noviembre de 1902. Hasta los 30 años tuvo una vida normal para una persona de buenas condiciones financieras, aunque no estaba de acuerdo con los valores compartidos por la gente de su clase social. El año 1932 fue decisivo en su vida, pues aprendió un oficio -la fotografía- y descubrió una de sus pasiones: los viajes. Tras desarrollar las técnicas básicas de la fotografía con su amigo Pierre Boucher, logró comprar su primera cámara Rolleiflex y, después de la muerte de su madre, no dudó en convertirse en un viajero solitario. Su madre era su único pariente vivo y él nunca quiso hacerle daño con una vida errante e inconformista.
Desde diciembre de 1932 hasta agosto de 1946 para Pierre Verger fueron casi 14 años consecutivos de viajes alrededor del mundo, sobreviviendo únicamente de la fotografía. Verger negociaba sus fotos en periódicos, agencias y centros de investigación. Fotografió para empresas e incluso llegó a cambiar sus servicios por transporte. París se convirtió en su base, un lugar donde se reencontraba con los amigos -surrealistas vinculados a Prévert y antropólogos del Museo Trocadero - y hacía contactos para nuevos viajes. Verger trabajó para las mejores publicaciones de la época, pero como nunca anheló la fama, siempre estuvo de partida: "La sensación de que había un vasto mundo era constante y el deseo de ir a verlo me llevaba hacia otros horizontes".
Las cosas empezaron a cambiar el día en que Verger llegó a Bahía, Brasil. En 1946, mientras Europa experimentaba la post-guerra, en Salvador de Bahía todo estaba tranquilo. Pronto fue seducido por la hospitalidad y la riqueza cultural que encontró en la ciudad brasileña y decidió quedarse. Como lo hizo en todos los lugares donde había estado, prefirió la compañía de la gente común del pueblo y los lugares más sencillos. Los negros monopolizaban la ciudad y también la atención de Verger. Además de personajes de sus fotos, los negros rápidamente se convirtieron en sus amigos, cuyas vidas Verger trató de conocer en detalle. Cuando descubrió el Candomblé, creyó que había encontrado la fuente de la vitalidad del pueblo de Bahía y se convirtió en un estudioso de la adoración de los Orishas (las deidades del Candomblé). Este interés por la religión de origen africano le valió una beca para estudiar sus rituales en áfrica, continente para donde fue en 1948.
Fue en África que experimentó su renacimiento y recibió un nuevo nombre en 1953: Fatumbi, "nacido de nuevo gracias a Ifá". La intimidad con la religión, que había comenzado en Bahía, facilitó el contacto con los sacerdotes, las autoridades y, finalmente, fue iniciado como babalawo. Los babalawos hacen adivinaciones a través del juego de ifá y tienen acceso a las tradiciones orales de los yoruba. Además de la iniciación religiosa, en este momento Verger comenzó un nuevo oficio de investigador. El Instituto Francés de la áfrica Negra (IFAN) no se quedó satisfecho con los dos mil negativos que presentó como resultado de su investigación fotográfica y le pidió que escribiera sobre lo que había visto. A regañadientes Verger cumplió lo solicitado y, después, el universo de la investigación le encantó y no paró nunca más sus estudios.
Verger nunca dejó de ser un nómade aunque haya encontrado un camino. La historia, las costumbres y sobre todo la religión practicada por el pueblo yoruba y sus descendientes en áfrica Occidental y en Bahía se convirtieron en los temas centrales de su investigación y de su obra. Vivió como un mensajero entre estos dos lugares al llevar informaciones, mensajes, objetos y regalos entre los dos mundos. Como colaborador y profesor visitante en varias universidades, logró reunir sus investigaciones en artículos, comunicaciones y libros. En 1960 compró una casa en el barrio de Vila América en Salvador de Bahía. Al final de los años 70 dejó de fotografiar e hizo sus últimos viajes de investigación a áfrica.
En sus últimos años de vida, la principal preocupación de Verger fue divulgar su investigación a la mayor cantidad de gente posible y asegurar la supervivencia de su acervo. En los años 80, la Editora Corrupio se hizo cargo de las primeras publicaciones en Brasil. En 1988, él creó la Fundación Pierre Verger (FPV), de la cual fue el donante, el mantenedor y el presidente. Así transformó su casa en un centro de investigación. Verger murió en febrero de 1996 y dejó a la FPV la tarea de continuar con su trabajo.